El maestro: de bielorrusas, dojos, y ¿añoranza de tiempos pasados? (#LycheeFF2017N1)
El Lychee Film Festival arranca con toda una declaración de intenciones: establecerse como festival de referencia en España para la muestra del mejor cine chino. Y no va por mal camino, ni mucho menos: siendo el primer festival estatal dedicado exclusivamente al cine del país, ha sabido escoger muy bien a sus colaboradores, y ha encontrado una estructura de secciones, para ser ésta su primera edición, muy interesante: cine chino contemporáneo, cortometrajes de animación, y una sección temática que variará anualmente.
Crear una sección temática puede parecer arriesgado, pero es una de sus mejores bazas. Porque si el tema es de interés relativamente expandido, va a ganarse el favor del público desde buen inicio. Y si al tema se le suma una programación de calidad… el éxito está servido. Así que el film de inauguración debía estar alineado con esa declaración, y con esa temática.
¿Qué conoce el gran público sobre china, y su cine? El Kung Fu. El “be water, my friend”.
¿Qué se le puede aportar para que descubra otra mirada, y otros estilos? El Wuxia.
Caballeros de las artes marciales.
Y caballero, héroe, es el protagonista de El maestro.
El film de Xu Haofeng es estiloso y enrevesado, y contiene ese humor que a los occidentales nos puede resultar a veces extraño, por desubicado. Pero también es una lección de historia para los menos entendidos, al mostrar la lucha de poder entre los dojos y el recién creado ejército a finales de los años veinte, que deseaba hacerse un sitio.
Desbancar la tradición, dar paso a un nuevo estilo… que no deja se ser un cambio de sombreros. De ahí a que sea clave en la compleja trama el personaje del militar que, a su vez, ha sido discípulo de uno de los grandes maestros de las artes marciales, y propietario de uno de los dojos más importantes.
Las batallas imposibles (y, claro, muy bien coreografiadas) se entremezclan con la muestra de una lucha de poder que sin duda tuvo lugar en un país en el que las escuelas de artes marciales habían sido hasta el momento pilares de la defensa de sus ciudades y provincias. Y, además, esas luchas cuerpo a cuerpo también explican los principios y moralidad de sus integrantes (y, en especial, de “el maestro”, una especie de James Bond, que nunca se lastima y siempre consigue huir y conseguir sus propósitos), y acompañan a la intención de hacer aflorar los abusos de una sociedad lastrada por un estricto “saber estar” (es un buen ejemplo la referencia la hijo vendido)… y también a historias de amor entre personas fuera de lo común en esa época.
Una mujer independiente, un hombre decidido a demostrar lo que vale.
Abusando de rápidos travellings que no obstante van en consonancia con el ritmo de una película que en menos de dos horas presenta como mínimo diez giros (o, más bien, inclusiones de desarrollo de subtramas que lleva a primer nivel – para luego dejarlas de lado e, incluso, finalizar el metraje casi con un – agradable – tijeretazo), El maestro requiere un público atento, con ganas de pasarlo bien sin renunciar a la complejidad. Quizá no es para un público masivo, pero sí para parte de ese que sí va a verse atraído por un cine comercial y de costosa producción pero también con tintes de autor. De hecho, se nos antoja que El maestro puede ser un divertido símil si lo comparamos con el trabajo de los organizadores del festival: con un objetivo claro, el maestro busca ver cumplida una ambición que se ve recompensada, no sin costarle mucha lucha, y dejando alguno de sus tesoros más preciados por el camino.
TRAILER – El maestro (Shi Fu, Xu Haofeng, 2015):