L’Alternativa2018N4 (y compensión)

#LAlternativa2018N4: comprensión. De la naturaleza de los sueños, y de su significado. De cuando los sueños pueden ser sólo sueños, o pura esperanza.

 

Una vez la noche (Íd., Antonia Rossi, Chile, 2018, Sección Oficial)
Lo que dirán (Íd., Nila Núñez Urgell, España, 2017, Sección Panorama, Alternativa Paralelas)

 

“La” realidad no existe, eso es algo que aquí tenemos muy claro. No hay verdades absolutas, no hay percepciones únicas. Cada persona tiene sus propias vivencias, y las siente de forma distinta, aunque esté rodeado de otros en ese preciso instante. Cada persona, además, extrae sus propias conclusiones de lo vivido. Las procesa y analiza, y actúa posteriormente en base a sus propios valores y creencias. En base a sus motivaciones y objetivos.

Eso si esas vivencias no están manipuladas por los medios de comunicación, por ejemplo. Quizá lo importante sea que sepamos diferenciar entre nuestras propias conclusiones y las de los demás. Sin obsesionarnos, pero sin capitular. La auto-comprensión es básica, para empatizar, también, con los que nos rodean.

Así que ser uno mismo implica ser consciente de los propios intereses. Y, a veces, esos intereses no se nos revelan tan lúcidamente como nos gustaría.

Una vez la noche es de esas pequeñas joyas con las que uno se encuentra de casualidad, cuando se entra a la sala de proyección sin ningún tipo de expectativa.

 

Una vez la noche

 

Partiendo de la voluntad de plasmar los sueños de algunas personas, el equipo de proyecto acabó decidiendo que el mejor formato para el film era la animación. Mejor dicho, la ilustración. Porque no veremos movimiento, sino imágenes estáticas que ilustran los sueños narrados en voz en off. A veces en color, a veces en blanco y negro. A veces abstractas, a veces más realistas, el formato de cada uno de las historias, que tampoco es único sino que se entremezcla igual que lo hacen los distintos sueños, identifican también la diferencia entre fantasía y realidad, entre sueño y verdad. Entre percepción subjetiva y posible vivencia del que también está en la “escena”.

Una madre que ve a sus hijos como animales, uno lobo, otro conejo. Una madre que identifica la evolución hacia seres humanos de sus criaturas, y que es capaz de identificar, también, la naturaleza de sus personalidades en la de su propio padre.

Colores vivos para una historia narrada como una fábula, que demuestra gráficamente la dicotomía emoción-racionalidad que nos identifica.

Una mujer cansada de no alcanzar el ansiado éxito como actriz, y que sueña con poder dejar su abusivo trabajo como camarera. Una mujer que a medida que avanza en su carrera como actriz de da cada vez más cuenta de lo similares que son el mundo del cine y el de la noche: machistas. Una mujer que se lamenta de su falta de decisión, de ser pisoteada emocionalmente al no saber reaccionar ante los continuos abusos a los que se enfrenta. Blanco y negro, dibujos subjetivos (nunca veremos representada a la protagonista – excepto cuando se mira y observa, borrosa, ante un espejo que le devuelve una imagen que no identifica) y una sostenida voz en off que transmite la desesperación de la que ya se ha rendido.

Un hombre traumatizado por la figura de su padre, que recuerda su pasado, sus años de convivencia con su progenitor y la amante de éste, con imágenes sencillas: ilustraciones sin volumen, a rotulador grueso y colores imposibles, en contraste con el realista blanco y negro que le define en la actualidad. Un hombre que ha madurado pero que se sigue sintiendo perdido por no haberse desarrollado plenamente en su adolescencia, al sentirse oprimido por las vivencias de un padre que no le prestaba mucha atención. Esta es la historia más filosófica, en la que se plantean al espectador preguntas más existencialistas… las que se pregunta, una y otra vez, el atormentado protagonista de este tramo.

Y un señor en la tercera edad, que tras ser un importante periodista en la gran ciudad vuelve a pueblo natal… y es incapaz de sentirse arropado por el paisaje y “personajes” de su pasado. Acuarela aguada llena de tonalidades grises para el que ya no sabe cuál va a ser el devenir de una vida para la que, intuye, ya han pasado sus mejores años.

Cuatro historias englobadas por una fábula, que avanzan en paralelo, mezclando ritmos, distancias, y coherencias. Porque, igual que lo “sienten” cada uno de sus protagonistas, lo sentimos nosotros como espectadores: nuestras vidas, nuestros sueños, nuestros ideales… no son únicos. No se mantienen firmes, sino que son cuestionados. A veces aguados, a veces tan claros como un grito en la noche.

Pero lo importante es analizarlos, y conocerse a uno mismo. Se tarde lo que se tarde en saber qué se quiere ser. Cómo se quiere actuar. Vamos con Lo que dirán.

 

Lo que dirán

 

Hay en Lo que dirán una mirada interesante que demuestra la deriva de las intenciones iniciales de la directora y que la hace particularmente especial: si bien parte de las conversaciones entre dos adolescentes musulmanas, amigas que estudian juntas en un instituto barcelonés, el documental no puede esconder (ni lo pretende, que es lo más interesante) el personal viaje que la directora ha experimentado junto a las dos chicas. Porque si bien el film se inicia desde la distancia, desde filmarlas en la clase hablando del proyecto final de investigación que deben presentar antes de graduarse (conversaciones que se perciben preparadas, aunque la instrucción haya sido únicamente el tema a desarrollar), pronto la cámara se traslada, primero, a encuadrarlas en primerísimos planos y, después, a sentir cierta debilidad, quizá inconsciente, por una de las dos chicas, sin restar importancia ni a los pensamientos ni a la personalidad de la otra, sino aportando una complementariedad madura y profunda inesperada pro parte del espectador en los diálogos entre dos chicas de su edad.

Así que Nila Núñez, que conoció a la pareja de casualidad y se interesó por su particular momento vital, teje desde una cercanísima distancia una historia, real, sobre la crisis de identidad (el inminente paso a la mayoría de edad y todas las preguntas que conlleva en el interior de un adolescente),  reforzada por el hecho de tratarse de dos chicas, mujeres, que han crecido en una ciudad que no comparte su cultura, ni religión. Y que a veces, incluso, puede cuestionarla sin ni tan siquiera pretender escucharla. De ahí la relevancia de que el documental gire en torno a la sentida necesidad de las dos chicas por explicar el significado del hijab, tanto a nivel global pedagógico, como personal, ya que será la base para comprender el fuero interno de las dudas de las chicas. Cubrirse o no. Cubrirse, pero a qué edad. Cubrirse, como respuesta a qué.

Y las dos chicas, desde la naturalidad que concede la juventud, nos dan a los espectadores occidentales y católicos toda una lección de madurez, identificación personal, tolerancia y respeto. Lo que dirán debería ser un documental de obligado visionado para adultos incapaces de adentrarse, básicamente por miedo, en otras culturas. Es una oda a la comprensión, y toda una invitación a descubrir las distintas realidades que conviven en un mismo espacio, y tiempo.

Y hasta aquí nuestra crónica de L’Alternativa 2018. Un año en el que la denuncia, y la llamada a la reacción, ha vuelto a protagonizar la programación del festival, pero también un año en el que las emociones personales y sociales han tomado, además, un papel relevante. Porque no hay denuncia sin sentimiento, ni dolor… ni esperanza. Porque debemos celebrar la vida y sus contradicciones, y enfrentarnos a ellas con la mayor fuerza posible. Desde la comprensión que defiende este cuarto texto, podemos superar, y enfrentar, el menosprecio, y el olvido, de todo un gobierno, de toda una sociedad. Desde la comprensión podemos animar a superar la contención autoimpuesta, esa que limita nuestra expresión emocional en casa, y en el país. L’Alternativa 2018 ha sido, como siempre, un regalo para el espectador. Felices 25. Felices siempre.

Una crónica de festival no está completa sin un Top. No habiendo podido disfrutar de todas las propuestas, aquí el personal Top 3 de la redactora… hasta el año que viene:

 

3. Una vez la noche (Íd., Antonia Rossi, Chile, 2018, Sección Oficial)

“Cuatro historias englobadas por una fábula, que avanzan en paralelo, mezclando ritmos, distancias, y coherencias. Porque, igual que lo “sienten” cada uno de sus protagonistas, lo sentimos nosotros como espectadores: nuestras vidas, nuestros sueños, nuestros ideales… no son únicos. No se mantienen firmes, sino que son cuestionados. A veces aguados, a veces tan claros como un grito en la noche.”

 

2. Lo que dirán (Íd., Nila Núñez Urgell, España, 2017, Sección Panorama, Alternativa Paralelas)

“Así que Nila Núñez, que conoció a la pareja de casualidad y se interesó por su particular momento vital, teje desde una cercanísima distancia una historia, real, sobre la crisis de identidad  (…). Y las dos chicas, desde la naturalidad que concede la juventud, nos dan a los espectadores occidentales y católicos toda una lección de madurez, identificación personal, tolerancia y respeto.”

 

1. Trote (Íd., Xacio Baño, España/Lituania, 2018, Sección Oficial)

“Trote es un film de miradas y silencios. De encuadres en los que existe una división, una pantalla partida, de forma literal o sencillamente intuida. Porque así están todos sus personajes: partidos. Rotos. En sí mismos, consigo mismos… y con relación a los demás.”

 

TRAILER – Una vez la noche (Íd., Antonia Rossi, Chile, 2018, Sección Oficial):

TRAILER – Lo que dirán (Íd., Nila Núñez Urgell, España, 2017, Sección Panorama, Alternativa Paralelas):

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Apasionada del cine y en especial del subgénero de viajes en el tiempo, estudia un Máster en crítica cinematográfica (2008-2009) y se convierte en redactora en El Espectador Imaginario hasta 2011, año en el que cofunda Cine Divergente. Redactora en Miradas de cine desde 2013 y cocoordinadora de su sección de Actualidad desde 2016, además de ser miembro de la ACCEC (Asociación Catalana de la Crítica y Escritura Cinematográfica) desde 2014 (y de su Junta de 2015 a 2019), en los últimos años ha publicado críticas y ensayos cinematográficos, cubierto festivales, participado en programas radiofónicos especializados y colaborado en los libros 'Steampunk Cinema' (Ed. Tyrannosaurus Books, 2013), 'Miradas: 2002-2019' (Ed. Macnulti, 2019), 'El amor en 100 películas' (Ed. Arkadin, pdte. publicación) y 'David Fincher: autoría líquida' (Ed. MacNulti, pdte. publicación). Ahora, y tras cursar un Máster en Gestión Cultural (2016-2018, UOC)- y un Máster en Filosofía (2020-2022) para obtener una visión completamente holística y complementaria también a sus estudios de Ingeniería, amplía sus textos críticos más allá del cine, entrando también en la ficción, y quiere demostrar que "la" realidad no existe y es producto de nuestra imaginación.

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