#LAlternativa2018N3: menosprecio. Hacia toda una sociedad.
Our New President (Íd., Maxim Pozdorovkin, USA/Rúsia, 2018, Sección Oficial)
Evolución 1975 – 2017 (Íd., Marla Jacarilla, España, 2018, Seción Panorama)
Vivimos en un Estado de derecho. Creemos que podemos decidir nuestro futuro político y, por ende, económico y social.
Creemos que los políticos miran por nuestros intereses.
Vivimos en un Estado de derecho. Creemos en la justicia. Creemos en su independencia.
Vivimos en un Estado de derecho y, en plena y exponencial era de la información, disponemos de material suficiente para identificar qué nos gusta y qué no. Qué queremos para nuestro país. Qué queremos para las futuras generaciones.
Quien queremos que nos represente.
Informarse. Evaluar. Forjarse una opinión propia. Votar. Y aceptar el democrático resultado.
Parece sencillo.
Pero entonces llega Our New President… y constata algo que ya intuíamos, o más bien… que ya sabíamos: en plena y exponencial era de la información, quien controla los medios de comunicación controla a las masas. A nosotros, en definitiva.
¿Y qué hacemos?
Reírnos. Poco más.
Our New President
Quizá porque la comedia es el mejor género para que retengamos los mensajes, Our New President recoge su principal objetivo y lo presenta en clave de humor.
Por cierto, su principal objetivo no es mostrar la manipulación de las elecciones estadounidenses por parte del gobierno ruso.
Es demostrar lo sencillo que resulta, ahora más que nunca, manipular la percepción de nuestra realidad.
Crear falsas noticias y luego desmentirlas de pasada, sin más. Presentar parcialmente la información. Focalizar horas y horas de informativos televisivos para desprestigiar a una persona. Our New President recorre la historia de la televisión estatal rusa, de la aparición de nuevos canales controlados directamente por Putin, y la desaparición de todos aquellos que se negaron a doblegarse ante sus requerimientos. A través de vídeos de archivo, imágenes grabadas con cámara oculta y multitud de vídeos subidos a YouTube por ciudadanos rudos de lo más variopintos, el documental construye, desde el ejemplo del devenir de las elecciones estadounidenses para elegir a su nuevo presidente, todo un discurso moral acerca del menosprecio de los organismos e instituciones que controlan el poder a nivel mundial hacia los habitantes de sus países. Hacia nosotros.
Así que múltiples vídeos de personas anónimas rusas que se graban para Youtube felicitando a Trump por su victoria nos hacen pasar del estupor (algunos podrían pasar por poco acertados sketches), a la vergüenza de ver que su televisión, sus propios dirigentes, han sido capaces de hacerles creer que la elección del déspota magnate influye en su vida diaria. Y no con discursos políticos, ni con grandes debates que expliquen a la nación, aunque sean falsas, las ventajas económicas que el triunfo de Trump podría aportar al desarrollo del país… sino con publicidad subliminal, con noticias sobre grandes políticos propias de programas de variedades de Telecinco (equivalente, visto lo que muestra el documental, a Rusia Today).
Y ese es el mayor menosprecio de todos: que la manipulación ni tan siquiera responda a mentiras sobre propuestas políticas.
Que se considere al pueblo tan estúpido como para necesitar manipularle desde la crónica social.
Hillary Clinton está enferma. Mirad cómo tose, cómo se tropieza.
Barak Obama hace manspreading e intenta dar consejos a Trump.
Oh, Dios mío.
El documental cuestiona entonces las intenciones de Putin: ¿lo hace todo por su país, o para ensalzar su megalomanía? Quizá el problema es que ha conseguido que sus fantasías se conviertan en realidad.
El poder, ese gran amigo ansiado por todos los que le rodean. Periodistas corruptos que son capaces de dar discursos a sus nuevos empleados defendiendo, con total naturalidad, que la objetividad periodística no es de recibo (una cámara oculta que hace sufrir al espectador, temiendo por la integridad física del valiente reportero); dirigentes norteamericanos que se reúnen con abogados rusos con turbias intenciones; compañías “clandestinas” creadas para que todos sus empelados estén 24 horas al día creando perfiles falsos en las redes sociales para generar contenidos en contra de los “enemigos” del país… y los espectadores, rudos, americanos y españoles, nos los creemos.
Y la evidencia que nos ofrece en bandeja Our New President nos sonroja.
Hemos dejado de reír.
Y es entonces, con esa vergüenza, que nos traemos a nuestro terreno, a nuestro país, el espejo del efecto conseguido en esas débiles mentes…. Evolución 1975-2017.
Evolución 1975-2017
En poco más de diez minutos Marla Jacarilla hace un recorrido por los más de cuarenta años de discursos navideños de Juan Carlos I y Felipe VI, escogiendo pequeños fragmentos de cada uno de ellos y creando un mensaje único, coherente, atemporal y tan vacío… como ya lo son los individualizados vídeos. El ejercicio es arriesgado, pero revelador: los píxeles en los rostros de los dos reyes de España tras el ¿fin? de la dictadura franquista refuerzan la imagen de homogeneidad en la continuidad de la monarquía, haciendo imposible diferenciar un busto parlante de otro. De hecho, la decisión de no escuchar sus propias voces y simplemente subtitular el vídeo refuerza esa extraña homogeneización, acompañada, además, de un distorsionado himno de España que acaba desquiciando al espectador a medida que es consciente del manifiesto de la artista.
Y, por otro lado, es imposible captar grandes modificaciones en el ambiente que le/s rodea, velado casi en su totalidad por una enorme bandera que luce tras sus espaldas. Ni la posición de la silla, ni los cambios entre cuadros o motivos navideños son suficientes como para identificar un verdadero cambio en el entorno escogido. En la tradicional España, en la España borbónica.
Es imposible, en definitiva, hablar de evolución, tal y como deja entrever la directora con el formato de sus distorsionados títulos de crédito.
Pero esta ya ¿casi? involución se hace mucho más patente al prestar atención al contenido en sí de su/s discurso/s: obviamente, no es de extrañar que palabras como unidad/unión, españoles, todos… tengan un papel protagonista. Al fin y al cabo, se trata de un mensaje global con el que debería sentirse identificado cualquier ciudadano del país, ¿verdad?
Pero esas palabras pierden sentido cuando se conoce la realidad del país. Recordemos El silencio de otros (Íd., Almudena Carracedo/Robert Bahar, 2018) para los primeros años de este discurso, o la problemática política y social en la que ha derivado el procés de Catalunya, y que, en los últimos años, el nuevo rey ha querido zanjar a golpe de “unión”. Como al inicio de la “democracia”. Así que conociendo dese dentro esta “realidad española”, Evolución 1975-2017 se transforma en una particular burla borbónica, y quizá el momento más desternillante de todo el cortometraje es ese en el que se nos dice que “la modernidad no es ya una utopía”, extraído de uno de los iniciales discursos navideños. La sentencia se torna tan sarcástica como desesperanzadora: hablar de modernidad, y repetir un mismo discurso durante cuarentaidós años. Si eso no intento de control… remitámonos a Our New President.
TRAILER – Our New President (Íd., Maxim Pozdorovkin, USA/Rúsia, 2018, Sección Oficial):
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