Seres vivos emisores de luz
Vemos luces en la oscuridad de la noche o en el mar más profundo, seres vivos que emiten luz, un fenómeno que atrae mucho nuestra atención. Pero no todos lo hacen de la misma forma y no siempre es fácil observarlo.
¿Donde observamos esa “luz viva”?
Al pensar en seres vivos emisores de luz, lo más habitual es que pensemos en la luciérnaga que tiene distribución mundial, pero podemos observar este fenómeno en diferentes regiones de nuestro planeta y en diferentes hábitats.

En la tierra
Podemos encontrar artrópodos (luciérnagas –Lampyridae-; ciempiés productores de ácido cianhídrico en las Sierras de California –Motyxia-; larvas de Arachnocampa luminosa que crean las espectaculares cuevas brillantes de Nueva Zelanda; larvas de Phengodes sp. en EEUU o de Pyrearinus termitilluminans en Brasil; huevos, larvas y adultos del género Pyrophorus en Sudamérica; escorpiones fluorescentes); hongos (más de 75 especies entre las que destacan Armillaria ostoyae por ser el organismo vivo -como colonia clonal- bioluminiscente más grande del mundo -unos 8,4 km2– y que se encuentra en las Blue Mountains de Oregón, EEUU); moluscos (el caracol Quantula striata de Malasia) o anélidos (diversas lombrices de tierra bioluminiscentes en Australia).

Motyxia. By Eden, Janine and Jim [CC BY 2.0], via Wikimedia

En el mar
Los océanos están llenos de organismos luminosos de todos los tamaños que nos sorprenden por su belleza y su forma de iluminar la noche en las playas o las profundidades marinas.
En la foto de portada, tomada en las Islas Maldivas, vemos a los más pequeños, los dinoflagelados, animales unicelulares que emiten luz al tocarlos o agitarlos (como hace el oleaje) y que habitan aguas cálidas. Entre los dinoflagelados bioluminiscentes encontramos a Pyrocystis fusiformis, Noctiluca scintillans, Lingulodinium polyedrum o Pyrodinium bahamense. Y también existen bacterias bioluminiscentes, algunas de las cuales viven en simbiosis con organismos pluricelulares como es el caso de Vibrio fischeri y moluscos cefalópodos como el calamar hawaiano Euprymna scolopes o la sepia Euprymna berryi.

Euprymna berryi. By Nick Hobgood (Own work) [CC BY-SA 3.0], via Wikimedia.
Cerca de la superficie también se encuentran animales invertebrados con luz propia: equinodermos como Amphipholis squamata, en las islas Británicas e Irlanda; anélidos como Eusyllis blomstrandi o Tomopteris spp.; ctenóforos como Mnemiopsis leidyi; cnidarios como la medusa Aequorea victoria de la costa occidental de norteamérica; o artrópodos como Vargula hilgendorfii.

Aequorea victoria. By Sierra Blakely [Attribution], via Wikimedia.
Zona abisal
A medida que nos adentramos en el fondo marino, algunas longitudes de onda van desapareciendo hasta quedar por último la azul. Esto ha hecho que, por evolución, sea la que ven los animales de estas zonas, así que la mayoría de la bioluminiscencia en los océanos es azul.
Pero a las profundidades marinas no llega la luz solar, y es allí donde más del 80% de los animales son bioluminiscentes: cnináridos como el coral bambú Isidella spp.; ctenóforos como Bathocyroe fosteri; peces estomiiformes (todo el orden Stomiiformes como Melanostomias bartonbeani o Chauliodus sloani); moluscos como los calamares Liocranchia spp. o Watasenia scintillans; o equinodermos como la estrella de mar Plutonaster bifrons.

Liocranchia sp. By Richard E. Young 1996 [CC-BY-SA-3.0]
Compendio visual de seres vivos emisores de luz
